El día de ayer estudiantes de 4to año CS y 3er año de CS, participaron y disfrutaron de un taller de Seguridad Vial, organizado por la empresa Shell.
Muchas gracias!!!!
Construcción
ciudadana responsable
La construcción de una ciudadanía
responsable constituye uno de los desafíos de la educación en el nuevo milenio.
Pues la responsabilidad como competencia ciudadana se emplaza en los diferentes
ámbitos en los que se desenvuelven las personas, involucrando conductas tanto
individuales como sociales. De este modo, un ciudadano responsable es aquel que
respeta a los otros, ejerce sus derechos, protege su entorno natural, se
desenvuelve con prudencia en la vía pública, entre otros.
En este marco, pues, pensar en la
seguridad vial desde una perspectiva educativa supone una referencia a este
plano más general en el cual se apunta a fortalecer la responsabilidad de los
jóvenes en tanto ciudadanos, con su propio ser, con los demás y con su entorno;
brindando información para poder tomar decisiones responsables.
La
seguridad vial como parte de un proceso más amplio: La Movilidad Sustentable
El concepto de movilidad sustentable
refiere a la ampliación de la propuesta de Educación vial proyectándola y
enriqueciéndola desde otras disciplinas tales como la antropología, la
psicología y la sociología las que acercan la posibilidad de comprender la idea
de que la seguridad vial, además del estudio de las normativas y estadísticas
de siniestros, debe incorporar la participación y percepción ciudadanas como
instancias fundamentales para la creación de conciencia, responsabilidad y
seguridad vial.
Asimismo, se extiende a una
educación en valores donde interactúan las variables de convivencia, equidad,
seguridad, solidaridad, ciudadanía responsable, habitabilidad, medioambiente y
autonomía en un marco de comunidad.
La
escuela: un espacio significativo para abordar la construcción ciudadana
responsable
La conciencia y la responsabilidad
de cada uno hace que nuestro ensamble colectivo funcione en forma eficiente.
Por lo tanto, formar a nuestras nuevas generaciones en la conciencia que
implica nuestro funcionamiento público y vial, es una concepción potente y
emancipadora que piensa en un ciudadano capaz de cambiar y a la vez transformar
positivamente su hábitat cotidiano.
La escuela, en este sentido,
constituye un espacio propicio para trabajar la responsabilidad vial con niños,
niñas y jóvenes.
Mas allá de la situación que hoy nos
acecha, consideramos que la escuela sigue siendo ese espacio para propiciarle a
los alumnos y alumnas diversas herramientas para que puedan afrontar el mundo
que las rodea. Desde las nuevas normalidades proponemos que la escuela pueda
brindar, además de lo que día a día dan, un taller que propicie información y
oriente a los ciudadanos en responsabilidad vial, social y colectiva.
Tipos
de intervención y líneas de acción
La campaña educativa se esgrime como
una propuesta pedagógica transversal que se vincula con diferentes áreas
curriculares para el nivel secundario. En lo que respecta a las Ciencias
Sociales, el Programa retoma la preocupación señalada por los lineamientos de
la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente por establecer
relaciones entre las distintas dimensiones de la vida social que incluyen las
esferas de lo político, lo cultural, lo económico y lo ambiental.
Por su parte, este aspecto también
se hace eco del abordaje sugerido para la Educación Ambiental integrando
múltiples perspectivas y colaborando en la formación de pensamiento crítico.
Asimismo, los propósitos de la
iniciativa se encuentran en consonancia con aquellos del área de Formación
Ética y Ciudadana orientados a la formación de ciudadanos solidarios y
participativos, que puedan desarrollar criterios morales y actitudes
cooperativas para la resolución de problemas.
A través de dispositivos lúdicos y
formatos divertidos, se generan espacios de aprendizaje que involucran y
vinculan lo cognitivo con lo vivencial. Consideramos el juego como una
herramienta privilegiada para el aprendizaje. Siguiendo los aportes de Jerome
Bruner –un destacado psicólogo referente de la revolución cognitiva-, el juego
puede convertirse en una herramienta de aprendizaje, al favorecer el desarrollo
de las capacidades cognitivas y creativas de quienes se hallan implicados en la
actividad. En palabras del autor:
“Jugar,
para el niño y para el adulto, es una forma de utilizar la mente. Es un marco
en el que poner a prueba las cosas, un invernadero en el que se puede combinar
pensamiento, lenguaje y fantasía.” (JeromeBruner).
Vale decir, el aporte central del
juego radica en las funciones que se despliegan en los participantes del mismo,
en tanto favorece la exploración y la invención como estrategias transferibles
a otras instancias sociales.
Shell
y la comunidad
Shell promueve el bienestar de sus
comunidades cercanas ofreciendo beneficios sustentables a través de la
formación y capacitación de las personas. El transporte por ruta es una parte
necesaria de gran parte de las actividades que lleva a cabo la empresa. En
total, los empleados y contratistas de Shell conducen casi 1000 millones de
kilómetros al año en más de 70 países. Unas 70 vueltas al mundo cada día.
La filosofía de seguridad en ruta se
centra en áreas de riesgo como la capacidad del conductor, el estado del
vehículo, las condiciones de la ruta y el entorno local. En este sentido, Shell
apuesta a través de sus programas de seguridad en las escuelas, formar
ciudadanos responsables y consientes.
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