viernes, 30 de octubre de 2020

Participación de estudiantes en un Taller de Seguridad Vial


El día de ayer estudiantes de 4to año CS y 3er año de CS, participaron y disfrutaron de un taller de Seguridad Vial, organizado por la empresa Shell.

Muchas gracias!!!!



Construcción ciudadana responsable

La construcción de una ciudadanía responsable constituye uno de los desafíos de la educación en el nuevo milenio. Pues la responsabilidad como competencia ciudadana se emplaza en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelven las personas, involucrando conductas tanto individuales como sociales. De este modo, un ciudadano responsable es aquel que respeta a los otros, ejerce sus derechos, protege su entorno natural, se desenvuelve con prudencia en la vía pública, entre otros.

En este marco, pues, pensar en la seguridad vial desde una perspectiva educativa supone una referencia a este plano más general en el cual se apunta a fortalecer la responsabilidad de los jóvenes en tanto ciudadanos, con su propio ser, con los demás y con su entorno; brindando información para poder tomar decisiones responsables.

La seguridad vial como parte de un proceso más amplio: La Movilidad Sustentable

El concepto de movilidad sustentable refiere a la ampliación de la propuesta de Educación vial proyectándola y enriqueciéndola desde otras disciplinas tales como la antropología, la psicología y la sociología las que acercan la posibilidad de comprender la idea de que la seguridad vial, además del estudio de las normativas y estadísticas de siniestros, debe incorporar la participación y percepción ciudadanas como instancias fundamentales para la creación de conciencia, responsabilidad y seguridad vial.

Asimismo, se extiende a una educación en valores donde interactúan las variables de convivencia, equidad, seguridad, solidaridad, ciudadanía responsable, habitabilidad, medioambiente y autonomía en un marco de comunidad.

La escuela: un espacio significativo para abordar la construcción ciudadana responsable

La conciencia y la responsabilidad de cada uno hace que nuestro ensamble colectivo funcione en forma eficiente. Por lo tanto, formar a nuestras nuevas generaciones en la conciencia que implica nuestro funcionamiento público y vial, es una concepción potente y emancipadora que piensa en un ciudadano capaz de cambiar y a la vez transformar positivamente su hábitat cotidiano.

La escuela, en este sentido, constituye un espacio propicio para trabajar la responsabilidad vial con niños, niñas y jóvenes.

Mas allá de la situación que hoy nos acecha, consideramos que la escuela sigue siendo ese espacio para propiciarle a los alumnos y alumnas diversas herramientas para que puedan afrontar el mundo que las rodea. Desde las nuevas normalidades proponemos que la escuela pueda brindar, además de lo que día a día dan, un taller que propicie información y oriente a los ciudadanos en responsabilidad vial, social y colectiva.


Tipos de intervención y líneas de acción

La campaña educativa se esgrime como una propuesta pedagógica transversal que se vincula con diferentes áreas curriculares para el nivel secundario. En lo que respecta a las Ciencias Sociales, el Programa retoma la preocupación señalada por los lineamientos de la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente por establecer relaciones entre las distintas dimensiones de la vida social que incluyen las esferas de lo político, lo cultural, lo económico y lo ambiental.

Por su parte, este aspecto también se hace eco del abordaje sugerido para la Educación Ambiental integrando múltiples perspectivas y colaborando en la formación de pensamiento crítico.

Asimismo, los propósitos de la iniciativa se encuentran en consonancia con aquellos del área de Formación Ética y Ciudadana orientados a la formación de ciudadanos solidarios y participativos, que puedan desarrollar criterios morales y actitudes cooperativas para la resolución de problemas.

A través de dispositivos lúdicos y formatos divertidos, se generan espacios de aprendizaje que involucran y vinculan lo cognitivo con lo vivencial. Consideramos el juego como una herramienta privilegiada para el aprendizaje. Siguiendo los aportes de Jerome Bruner –un destacado psicólogo referente de la revolución cognitiva-, el juego puede convertirse en una herramienta de aprendizaje, al favorecer el desarrollo de las capacidades cognitivas y creativas de quienes se hallan implicados en la actividad. En palabras del autor:

“Jugar, para el niño y para el adulto, es una forma de utilizar la mente. Es un marco en el que poner a prueba las cosas, un invernadero en el que se puede combinar pensamiento, lenguaje y fantasía.” (JeromeBruner).

Vale decir, el aporte central del juego radica en las funciones que se despliegan en los participantes del mismo, en tanto favorece la exploración y la invención como estrategias transferibles a otras instancias sociales.

Shell y la comunidad

Shell promueve el bienestar de sus comunidades cercanas ofreciendo beneficios sustentables a través de la formación y capacitación de las personas. El transporte por ruta es una parte necesaria de gran parte de las actividades que lleva a cabo la empresa. En total, los empleados y contratistas de Shell conducen casi 1000 millones de kilómetros al año en más de 70 países. Unas 70 vueltas al mundo cada día.

La filosofía de seguridad en ruta se centra en áreas de riesgo como la capacidad del conductor, el estado del vehículo, las condiciones de la ruta y el entorno local. En este sentido, Shell apuesta a través de sus programas de seguridad en las escuelas, formar ciudadanos responsables y consientes.

 

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